Una locura de Bombo

Lo del sanjuanero es una cuestión de principios. El clima le es indiferente –se asume que los nubarrones son marca de la fiesta y la lluvia, venga o no, tampoco es una condena–. Su indumentaria debe respetar escrupulosamente los cánones de la cuadrilla (blusa, pañuelo y pantalón... en el calzado hay más manga ancha). Y su termómetro de diversión progresa adecuadamente: jueves y viernes, tanteo, apenas unas décimas; sábado y domingo, cota máxima; lunes, intenso pero no desbocado; y martes, caída (que no desplome).

Ayer , a eso de las 18.00 horas su nivel de emoción alcanzó el rojo intenso. Era el momento en el que el Bombo, el gran protagonista, emergía de las aguas del Ebro. Lo hizo en un minuto y 39 segundos (cronómetro en mano). Ni fue el más rápido de la serie histórica –pura anécdota– ni tampoco el más remolón. Ascendió a buen ritmo y de forma constante. En el agua, un buzo –parecía aterido– bailaba al ritmo que le marcaban la treintena de bombos que servía de acompañamiento al ascenso. Era su forma de entrar en calor. Desde la balconada de la ‘casa del cura’ se empujaba hacia arriba con cadencia. Apenas media docena de berrañas colgaban del cable. Limpito, muy limpito.

Lo dicho, a las 18.00 horas, los integrantes de la Orden del Bombo lo recogían y arrancaban en ese momento dos secuencias paralelas: la de las carreras para llegar a la plaza de España y hacerse hueco; y el ‘paseo’ mucho más correcto y protocolario que el instrumento-símbolo realiza hasta encontrarse con la figura del Ermitaño y hacerse con otro balcón, el delAyuntamiento. La plaza, impresionante, miles de personas ‘mataban’ la espera con cánticos jaleados por un ‘speaker’ de diez. «¡Miranda, entera se va de borrachera!» (este grito salió del gentío, no necesitó del animador).

Crece la expectación

Sí fue clave su papel en la narración del paso a paso. Un ejemplo: «¡Ya está llegando, ya está llegando! Cantemos el himno de Miranda». Y pronto y bien mandados, los miles, se entregaron al alarde de orgullo mirandesista. Otro ejemplo, Juan Antonio Álvarez (el animador) elevaba la expectación:«¡El Bombo ya se ha encontrado con el Santo!». Estaba cerca, en uno de los laterales de la Casa Consistorial. En este punto se pidió un cambio de registro: «¡El himno del Mirandés!» La misma reacción en la plaza. En masa.

Lo siguiente fue anunciar la entrada del presidente de la Cofradía, Álvaro de Gracia, y la alcaldesa, Aitana Hernando, en la sede municipal. Y lo siguiente, la locura. El Santo Verdadero había tomado ya posiciones en el quiosco. Su mirada se dirigía hacia el edificio. El ‘¡Eeeese Bombo!’ que saca del bajón a todo mirandés se intensificó. 18.20 horas. Los sanjuaneros, NoemíSantos y Arkaitz García jaleaban maza en alto a la plaza. Y, visto y no visto, comenzaron a golpear con fuerza, primero sin mucho ritmo, a lo loco, entregados. Era su momento. Con el paso de los minutos (casi cinco) le fueron dando cadencia al asunto. «¡Que bote Miranda, que bote Miranda!». Y Miranda botó. Nuevo cambio de registro:«¡Esto es Anduva, Anduva, Anduva...!» (faltaba apenas media hora para que el Mirandés saltase al césped del Carlos Tartiere). La alcaldesa también puso de su parte. Le cedieron la maza y golpeó con ganas durante casi un minuto. Abajo cientos de camisetas blancas teñidas de ‘color Baco’, muchos chubasqueros del ‘todo a 100’ y algún que otro concejal entregado a la juerga –ejemplo: Pablo Gómez, responsable de Servicios Sociales–.

Su ‘jefa’ conversaba en ese momento con la sanjuanera, mientras en otros puntos del balcón se esquivaban los corchos que eran impulsados desde la plaza. Le confesaba: «Estoy sudando». Y no era para menos. Acababa de vivir uno de los momentos más intensos de su vida, como reconocería después.

Por cierto, a las 18.27 horas, se lanzó otro cohete. Pasó desapercibido. Si el que firma no ha perdido la cuenta, sería el cuarto. A saber: chupinazo con el pregonero Carlos Vadillo (jueves);chupinazo con la pregonera infantil Anne Elvira González (viernes); chupinazo, también, con los sanjuaneros chiquis, Sergio Moreno y María Pérez (ayer mismo por la mañana). Y cuarto, el referido.

Abuen seguro que ninguna fiesta de las otras que cuentan con la vitola del Interés Turístico Nacional tiene tantos arranques. San Juan del Monte es distinto hasta en eso. Aunque a este ritmo, en un puñado de años comenzamos en Semana Santa. Tampoco importaría.

Fuente: elcorreo.com